Petros Márkaris/ Noticias de la noche.

La novela negra se ha vuelto ya un imprescindible de las mesas de novedades en las librerías. Incluso las editoriales han creado un sello exclusivo para este género debido a la proliferación de historias en esa línea narrativa.

Y aunque no soy muy amante de la novela detectivesca (con excepción de las del cubano Leonardo Padura léase: adiós hemingway o el hombre que amaba a los perros) Márkaris ha sido el comienzo de mi interés por estas series.

Kostas Jaritos no se trata de moda, se trata de 1995 y la novela negra que nos cuenta no solo un misterio sino la cruda realidad de un sistema muchas veces inútil. Estamos hablando de el primero de la serie del comisario que  lleva por título: "Noticias de la noche". 

Partiendo del supuesto que los detectives solucionan problemas relacionados con la delincuencia esta historia no se resuelve como un simple crimen, pues deja ver la relación que existe indudablemente entre la noticia como espectáculo y el papel que juega la policía en el mundo. Por qué ¿cuál es la intención de la noticieros?, más que informarnos hacer miles de clientes que los sintonicen. Y la verdad no tienen lugar en esto.

Desde el contexto de en mi país (dada la explosión de violencia) la novela me reitera que una función de las instituciones en el mundo es: La de impartir la Injusticia y la corrupción.

Sin embargo, el teniente resulta ser un personaje que encarna la razón frente el proceder típico de un policía desinteresado y "cretino". Además, el crimen muchas veces se encuentra relacionado con el poder económico más intocable, con esas esferas que parecen desintegrables por que se encuentran en el núcleo de la destrucción y de la solución al mismo tiempo.

Creo que a cualquier geografía el poder y la delincuencia como uno mismo suena conocido. Y Grecia no es la excepción.