Ancla

Hay quizá muchas cosas en el mundo desconcertantes para las personas. Migrar es uno de esos actos de valentía. Migrar a un país además de lejano completamente distinto al propio. Los relatos de este libro hablan sobre las tormentas propias de familias bengalí en Estados Unidos. Cada una de ellas cuenta la cotidianeidad de unas y otras personas, haciéndose cargo lejos de sus familias y hogares de los problemas. Dramas personales que no por ser mínimos dejan de ser dramas; hasta tragedias en todo el sentido de la expresión. En la voz de la autora, las familias indias, expresan sus inquietudes más remotas. Inquietudes que a cualquier migrante, lejos de sus costumbres, de sus alimentos, de sus familias: y de todo lo que el país natal Es.  Un libro melancólico, desgarrador. Por qué el mundo, sin duda, está constituido de estas pequeñas grandes tragedias personales.

Todo debió de haberme indicado que no era la mejor novela a la cuál acercarme de David Trueba. El título me sonaba a algo conocido. Después de algunos días  recordé que así se llama un bar en la calle sexta lleno de mugre y caguamas. Si hubiera hecho esa analogía mucho antes, no lo hubiera comprado aunque no tuviera nada que ver, para evitar recuerdos desagradables simplemente. No sé que sea peor: leer un mal libro por que uno eligió mal o leerlo por que te dejaste llevar, es decir:  me mal influenciaron. Todo era una sucesión de presentaciones, elogiosas reseñas en España, editoriales que huelen a dinero, fama y sobre todo promesas de encontrarme con un excelente autor. Muchos bombos y platillos alrededor del nuevo libro de David Trueba. Tanto anuncio provocó mi curiosidad. Un nuevo autor, al parecer una historia fresca ¿Qué podemos perder?. Fue entonces cuando encontré a precios altos la novedad editorial  y opté por comprar un libro no tan nuevo. El tema de la juventud como principa

En mi círculo familiar Ser mujer jamás ha sido una justificación para dejar de hacer algo ni mucho menos para hacerlo obligadamente, no es un dictamen. Ser mujer nunca se ha considerado una inferioridad ni  ha justificado una barbaridad. Ser mujer no es una condición sino una afirmación; aún así vivo tan preocupada por lo que les pasa a las mujeres en el mundo. Es quizá precisamente por que yo no he sido determinada por mi género y quisiera que nadie lo fuera. Antes que las redes sociales existieran y que las denuncias sobre la situación de las mujeres fuera de dominio público hubo escritoras que hablaron del tema, más allá de los estudios sociales hubo novelas (muchas de ellas no necesariamente escritas por mujeres) que contaron cómo era ser mujer en otra época. Por medio de la lecturas es como a la largo del tiempo nos hemos enterado como se vive en los rincones del mundo. Es así (en gran parte por medio de la literatura) que he aprendido que el mundo está lleno de esas prohibicio