Adiós, muñeca / Raymond Chandler

En un mundo con tanta injusticia e impunidad es necesaria la Verdad; cosa que supongo no está en discusión para nadie. El arte y la literatura tienen una función fundamental en la forma en que se conciben las sociedades y se articulan los discursos individuales. Muchas veces funcionan como un bálsamo para el dolor que genera tan dura realidad. ¿Por qué digo esto? Porque cada vez que leo un libro del género de la novela negra reafirmo que  es literatura imprescindible para nuestros tiempos. 
Si en algo radica la importancia de este género es no hacer una diferencia radical entre el bien y el mal, entre las fuerzas del orden y la delincuencia.¿Qué hacer en un mundo en el que la injusticia parece ser el mandato de las instituciones? ¿Qué hacer cuando los delincuentes son cómplices de aquellos que deberían impartir la justicia? La novela negra nos da esperanza, eso es. Esta vez, en Raymond Chandler, el detective Marlowe a pesar de su perfil bajo toma las riendas de una investigación que lo llevará a descubrir la intrincada relación entre personajes extravagantes y aparentemente inofensivos, que en realidad están unidos por lazos indestructibles. Las consecuencias de involucrarse en dicho caso las pagará personalmente Marlowe pero siempre apelando a no incumbir más las mentiras con las que se pretenden solucionar casos que pretende la policía hacer parecer insignificantes. 
Nada más cercano a la realidad que el silencio y la complicidad como forma de condena.
Si se desea comenzar en la novela negra, yo diría que imprescindible y necesaria.

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