Algo alrededor de tu cuello. Chimamanda N. Adichie.

En mi círculo familiar Ser mujer jamás ha sido una justificación para dejar de hacer algo ni mucho menos para hacerlo obligadamente, no es un dictamen. Ser mujer nunca se ha considerado una inferioridad ni  ha justificado una barbaridad. Ser mujer no es una condición sino una afirmación; aún así vivo tan preocupada por lo que les pasa a las mujeres en el mundo. Es quizá precisamente por que yo no he sido determinada por mi género y quisiera que nadie lo fuera.
Antes que las redes sociales existieran y que las denuncias sobre la situación de las mujeres fuera de dominio público hubo escritoras que hablaron del tema, más allá de los estudios sociales hubo novelas (muchas de ellas no necesariamente escritas por mujeres) que contaron cómo era ser mujer en otra época. Por medio de la lecturas es como a la largo del tiempo nos hemos enterado como se vive en los rincones del mundo. Es así (en gran parte por medio de la literatura) que he aprendido que el mundo está lleno de esas prohibiciones y amenazas que giran en torno a ser mujer.
Ya no bastan las noticias alarmante, ya que esa sobreexposición a la violencia nos ha dejado sin corazón, nos ha dejado indiferentes.  Las noticias de cada día nos alarman, nos amenazan, justifican y reproducen toda la violencia con que día a día las mujeres rechazan vivir, por que No, con eso no se aprende a estar. Y parece que apesar de todo las cosas no cambian mucho. Sin duda yo tengo la esperanza de que historias como las que estoy por hablar a continuación sean un remedio para la indiferencia. Nombrar a las víctimas quizá no baste, no haga justicia verdadera pero hablar de las mujeres en lo más individual, desde su ser mujer en cada espacio;  es quizá la tarea que tengamos que emprender. Sobrepasar los límites del colectivo para profundizar en historias individuales: magníficas como las de este libro.

Mediante la literatura se sobrepasan los límites y Chimamanda N. Adichie lo hace espectacularmente en su libro de cuentos "Algo alrededor de tu cuello". Todas las protagonistas de sus cuentos son mujeres africanas. Ellas, en cada cuento están enfrentándose con el mundo de los hombres, con un país que no es en el que nacieron, con la adaptación a un mundo hasta entonces desconocido. Adichie nos cuenta lo desgarrador que puede resultar ser una migrante negra en Estados Unidos, ver por primera vez  al hombre con el que "debes casarte" una hora después, buscar la libertad desde una habitación, amar, ser madre, creer, aceptar; pero sobre todo transgredir.
Las historias, muchas de ellas con un final crudo nos traslada a la vida de las mujeres africanas, aquella de la opresión, la violencia y los siglos de costumbres. Cada uno de ellas revela los aspectos más complicados pero también los más bellos. Sin necesidad de hacer alarde de ser literatura feminista los cuentos enfrentan realidades concretas, le da nombre, tiene carácter, piensa y cuenta lo que muchas mujeres de muchas culturas enfrentan cotidianamente. Por eso es que la literatura es un medio de información más eficaz, por que esas historias entrañables que nos causan hasta náuseas nos hacen ser parte de ellas. Lo bello en  la literatura de Adichie, definitivamente, es la fuerza con la que dota a sus personajes para afirmarse frente a la adversidad como mujeres.
Todas las mujeres y todos los hombres deberíamos leer a Adichie. Literatura como la suya es urgente y necesaria en este mundo violento, nombrar y narrar son un arma contra el silencio.

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