La muerte del padre. Karl Ove K.

Aunque al principio el apellido de autor puede parece impronunciable, al final  de la lectura es seguro que nos sentiremos tan cercanos a él que podemos llamarle simplemente Karl. Sé que varias reseñas hablan sobre la intensidad de publicar la vida privada de el autor pero dejando de lado los problemas que pudo generar la publicación de este libro en su vida privada voy a decirles por qué creo que sentimos esa intimidad con la narración.
No cabe duda que en la época de los reality shows y los videos en vivo el acercarnos a la cotidianeidad de una personas nos resulta lo más normal y esta comparación no es que insunúe o pretende vulgarizar la literatura o simplificar el trabajo del autor. Lo que quisiera es solamente hablar un poco sobre la trama.
¿Pero cuál trama? ¿La hay?... La historia se compone de recuerdos intercalados con situaciones del presente (el presente del tiempo en que se escribió la novela). Uno esperaría que esos sucesos fueran desgarradores, reveladores, trascendentes, que marcara al autor por su relevancia. A cambio de esa expectativa  nos cuenta una serie de sucesos que componían la relación con su padre, con sus hermanos, y toda su familia. Hay que reconocer que Karl nos cuenta los detalles más ínfimos de comer, de viajar, de llorar y en el proceso nos mantiene interesados, nos mantiene despiertos ante la más mínimo cambio en las emociones. Lo interesante de la novela radica, en que la vida es sin duda esa serie de cambios casi imperceptibles; que para hablar de lo que nos pasa hay que hablar de esas sensaciones que tenemos a diario.
Si bien, la historia subyacente del padre es la que importa en esta parte de "Mi lucha" ;Karl Ove me deja la sensación de ser un ególatra más interesado en hacer de su novela una GRAN novela que en contar la vida misma. Las partes más intensas de la novela compensan esa sensación de importancia que se da a si mismo y al final... al final van a comprar las siguientes partes de "Mi lucha".